Esta entrada va a estar dedicada al pueblo de Porrera, dicho pueblo se encuentra situado en un pequeño rellano de uno de los contrafuertes del Tossal, que forma parte de las sierras del Molló-Puigcerver, desde donde domina la confluencia del río Cortiella con tres de sus afluentes más importantes y de caudal más regular: el Barranquill, que baja del Tossal; el río de la Teixeta , que baja del cuello del mismo número, y el barranco de las Sentius, que baja de los términos de Pradell y Falset.
Me las ha enviado Mariona Rifá Bonelles
Me comenta, que Porrera es un pueblo vinícola de la comarca del Priorat, en Tarragona, con sus viñedos y bodegas. Además cuenta con un buen número de relojes de sol en muchas de sus casas.
Ella me dice: en el pueblo de Porrera localicé varias casas con el nº 13, aunque algunos de ellos no se pueden apreciar bien.
Y en algunas casa pude ver un fenómeno curioso, como que algunas de ellas tienen el nº 1 y el 3 en la puerta
El cantautor Lluís Llach dedicó uno de sus álbumes a esta población en la que reside durante largos periodos
Letra de la canción que Lluis Llach le dedicó
Amo esta tierra como un amante fiel ya ardiente,
esta tierra mía que cada día m´encén y me toma,
piel a piel nos compartimos cuerpo a cuerpo nos aprendemos
y el deseo nos mantiene vivos los sueños.
Esta tierra adusta, mirada morena y labios llenos,
la siento en mi vientre como si dentro de mí hiciera raíces,
volvíais del soledades, paso a paso la reconozco y en el amor la siento altiva y tierna.
Mi tierra me lleva caminos allá de mí mismo,
reposo adentro, por el deseo se me hace presente que mi corazón sin ella no late.
El Molló nos lleva la vida, la Teixeta el amor y las Rodeos el olvido,
el olvido del norte; la Sentiu llamada a un sueño empapado de luz,
pero las Marrades el olvido,el olvido del norte.
Marcharé de aquí cuando me llena el corazón un mañana frondoso y claro,
dejaré este lugar, hay tanta vida que espera mundo allá,
por los sentidos aún vivos el horizonte será un reclamo donde la fuerza para levantarse,
no podrá la añoranza doblegar el anhelo que me enpuja y me hace vibrar,
olvidar el regreso será un espacio de silencio y libertad,
no habrá gesto ni deseo ni un camino ni afán suficientemente intenso para hacerme volver atrás.
El Molló nos lleva la vida, La Teixeta el amor y las Marrades el olvido,
el olvido del Norte.
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